Reforestando con las aves

La reposición de los bosques en el Ecuador es por hoy una prioridad nacional si se desea un país que pueda auto sustentarse en un futuro cercano.

Las fuentes de agua dulce, los habitad de muchas especies de plantas y animales están despareciendo a ritmo acelerado. La mayoría de las acciones para reponer estos bosques están relacionadas con la siembra de árboles en las cabeceras de los ríos y otros espacios. Esta se constituye una labor difícil, costosa cuyo alcance es pequeño, comparado con el ritmo de deforestación anual de nuestro país.

Algunas propuestas novedosas pueden ayudar a solucionar este gran problema, el Ingeniero Agrónomo Andrés Abreu en República Dominicana cuya idea puede aportar luces al problema de la reforestación.

Con la ayuda de las aves, el viento y el agua, propone reforestar las áreas en zonas que limitan con bosques donde aún no se ha afectado en su totalidad los ecosistemas nativos, donde habitan especies de aves, que pueden dispersar semillas a las áreas afectadas.

La propuesta parte de un viejo conflicto causado por el hombre en la búsqueda de su propia sustentación, ya que para hacerlo ha afectado el hábitat “de cientos de especies, dentro de las que se encuentran las aves que viven de la flora de donde extraen sus alimentos”. Plantea que el conflicto, sobre el uso de la tierra de montaña específicamente en áreas boscosas “se torna dramático por la desorientación y baja población de aves en las áreas intervenidas, con las prácticas comunes de tumba, quema y habite”

La idea tiene bastantes posibilidades en nuestro país; con 1670 especies de aves es Ecuador el segundo país más diverso del mundo pero el primero en cuanto a densidad de especies de aves por kilómetro cuadrado. La idea país puede ayudar en los procesos de reforestación de áreas colindantes con los bosques, o en procesos productivos de silvopasturas o procesos productivos de agricultura
sustentable.

La propuesta aprovecha la función natural de las aves, las cuales juegan un papel importantísimo dentro de la naturaleza, en la diseminación de semillas, en la polinización, y en el control biológico de plagas y enfermedades. El proceso inicia con la identificación de las especies de árboles y arbustos que proveen alimento para las aves, ya sea como frutos o semillas; deberá también identificarse las especies de árboles que dan refugio y sirven como sustento y lugar de anidación de las aves. Un inventario de las especies de aves es también necesario.

En una segunda fase se delimitará las áreas a reforestar, cercanas a bosques no intervenidos o secundarios; el campesino deberá evitar en estas el pastoreo, el monocultivo y sobre todo la quema de rastrojos. Podemos acelerar el proceso realizando siembras de árboles en los bordes exteriores.

La naturaleza potenciará el efecto de reforestación al aumentar el número de individuos, y en lo posterior, el número de árboles que proveen alimento.

Podemos pensar que este proceso también mejora la calidad de los suelos al tener sombra y materia orgánica proveniente de las hojas y de los animales.

Abreu Ramírez, expresa que “propagar árboles y arbustos que produzcan frutas que alimentan a las aves o semillas diseminadas por el viento, constituyen los elementos más eficaces en la reposición del bosque, lo cual constituye una garantía para la cubierta boscosa por la naturalidad, continuidad y economía de esta acción beneficiosa”.

La propuesta puede involucrar a todos los grupos sociales e instituciones comprometidas con el trabajo de preservación de los recursos naturales. En el Ecuador también a las empresas dedicadas al aviturismo y a los grupos de observadores de aves cada vez más números en nuestro país.

Ing. Agrónomo Ignacio De la Torre

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Editorial Agricola

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